Enrique Bellande
Fernando Martín Peña escribe una nota, clasifica una lata de película, revisa un fotograma, presenta un film noir en una sala universitaria o uno de Jean Rouch en la televisión pública, huele un rollo para detectar el síndrome del vinagre en una de sus copias, responde en inglés durante una entrevista realizada para el extranjero, corta la entrada en una sala, también proyecta, siempre, proyecta, va a buscar las películas que tiran las distribuidoras o recoge las que compró en una colección y toma un taxi o se sube a una camioneta con sus copias. Peña trabaja, trabaja y trabaja, o Peña simplemente ama aquello que descubrió a los tres años en el interior de una caja en la casa de sus padres, que no era otra cosa que un proyector casi de juguete con el que proyectó por primera vez una película sin saber que había descubierto una vocación. Bellande ha registrado con paciencia y tenacidad la cotidianidad de un hombre cuya vida está dedicada al cine, justo en un período de transición que afecta a la materia en sí del cine, la cual Peña se empeña a conservar porque entiende que la sustancia fotográfica define al cine del siglo XX, del que se ocupará de resguardar hasta el último día de su vida. Y el cineasta ha cumplido con su protagonista y con su misión: el amor de Peña por el cine se siente plano tras plano, y el objeto de su amor se dignifica en sus planos, hasta se vuelve por momentos táctil, como cuando los fotogramas de La infancia de Iván o El día que paralizaron la Tierra, entre otros, ocupan la totalidad del plano. Roger Koza
Sinopsis
Esta es una aproximación a la figura de Fernando Martín Peña, pero también es una película sobre el cine, sobre un movimiento trascendental en su historia, sus espacios y rituales.


Enrique Bellande
Nació en Buenos Aires en 1972. Estudió en la Universidad del Cine (FUC), egresando en 1995. Trabajó como sonidista (“Pizza, Birra, Faso”, “Bonanza”, etc.) y fue también el musicalizador de la versión original de la serie “Okupas”, de Bruno Stagnaro (2000). Dirigió los largometrajes “Ciudad de María” (Mejor Película Argentina BAFICI 2002, Competencia IDFA 2001) y “Camisea” (Bafici 2005).